La planificación es un proceso sistémico,
creativo y participativo que sienta las bases de una actuación integrada a
largo plazo que define el modelo de futuro, desarrollar estrategias y cursos de
acción y en dónde intervienen regiones locales. Actúan en la construcción de
unos objetivos colectivos y una perspectiva democrática a largo plazo. Esta
metodología se desarrolla en paralelo a la planificación tradicional.
Para su desarrollo se acude al plan
estratégico el cual corresponde a un plan intersectorial, una reflexión
estratégica y visión global que complementa la planificación tradicional mas no
la sustituye, integra actividades, posee una dirección común y articula y
orienta procesos de planificación sectorial.
Los beneficios que ofrece la planificación
estratégica pueden ser sintetizadas en: identifica tendencias para mejorar
aspectos socioeconómicos, descubre oportunidades para el desarrollo de la
ciudad, formula objetivos prioritarios para concentrar recursos, fortalece el
tejido social, fortalece instituciones públicas y alta visibilidad política y
social.
Sin embargo también presenta unos riesgos que
merecen ser tenidos en cuenta a la hora de incorporación, esto son: la falta de
responsabilidad para asumir el plan, excesiva importancia en los temas
económicos, generalidad de los análisis técnicos, ausencia de conexión entre
planes públicos y empresariales y el desinterés de los políticos por su
implementación.
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